Un alto porcentaje de los alumnos que aspiran a ser docentes son jóvenes, por lo que este diseño constituye una política de juventud. En esta etapa del desarrollo humano se los toma como los actores principales y estratégicos de la renovación permanente y necesaria de las sociedades dentro del mundo globalizado.
Formar al docente como profesional de la enseñanza, implica propiciar la construcción de valores y actitudes que cuestionen permanentemente el estatus del saber, interroguen la tecnología antes de aceptarla y también incorporen el respeto a la diversidad natural y social.
Tanto el diseño curricular de la Educación Primaria como el de la Educación Inicial actuales tienen como fundamentos la intersección de dos campos pedagógicos teórico/prácticos: el que corresponde al propio currículum y a la formación de docentes. Ambos términos están dinámicamente articulados por tratarse de manifestaciones y prácticas del campo socio-cultural.
Se organizan alrededor de cinco campos y trayectos opcionales. Uno de los más novedosos en el Campo de la Práctica es el “Taller integrador interdisciplinario” que tiene como objeto provocar el encuentro de saberes, prácticas y sujetos de la Formación Docente.